Modalidades de Trabajo
Las modalidades de trabajo en los eventos de formación
Las modalidades pedagógicas elegidas para trabajar los eventos de formación son el taller, el curso-taller y la reunión colegiada. Éstas permiten a los facilitadores y participantes fortalecer o desarrollar las competencias que requieren, a partir de sus saberes y experiencias previas, además de consolidar la estructura horizontal y heterogénea de la formación, ya que el trabajo educativo se desarrolla de manera conjunta entre las diferentes figuras del programa, independientemente de su responsabilidad y antigüedad en el puesto. Estas modalidades de trabajo se caracterizan porque:
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El proceso enseñanza-aprendizaje sucede principalmente en condiciones interactivas.
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Promueven la reflexión práctica de situaciones de la vida y del trabajo, en la búsqueda de aprendizajes significativos, con sentido y funcionales para cada persona.
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Promueven la autonomía y autorregulación del participante.
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Favorecen el diálogo, el trabajo en equipo, el aprendizaje entre iguales, el apoyo de personas con un mayor desarrollo de competencias hacía otros con menor desarrollo de las mismas.
Es un espacio donde se aprende haciendo, se construye y se transforma un aprendizaje o saber práctico para ser utilizado en la vida cotidiana o en el trabajo; en el taller las actividades giran en torno a la realización de tareas comunes que exigen un trabajo grupal. Así, los participantes adquieren mayores conocimientos o generan productos a través de los aportes individuales y del grupo.
En el Programa de Educación Inicial no Escolarizada el taller es un lugar de co-aprendizaje, donde todos los participantes construyen conocimientos y valores; desarrollan habilidades y actitudes a partir de sus propias experiencias, en el que se busca la coherencia entre el hacer, el sentir y el pensar además de que se vivencia la horizontalidad y el trabajo en pares. En el taller el facilitador es un participante más cuya función consiste en modelar y facilitar los aprendizajes.
Características del taller:
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El aprendizaje entre iguales.
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El reconocimiento de las habilidades propias y del otro.
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El fortalecimiento y/o desarrollo de competencias.
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La retroalimentación individual y grupal.
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El compartir el liderazgo.
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La toma de decisiones individuales y grupales.
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La cohesión del grupo.
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La comunicación multidireccional.
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El reconocimiento y respeto a la diversidad.
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El trabajo colaborativo.
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El compartir experiencias, conocimientos y aprendizajes.
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La confrontación de los conocimientos previos con las nuevas aportaciones del grupo.
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El impulso de los procesos de aceptación del cambio.
La estructura de un taller implica la realización de cuatro momentos:
1. Integración del grupo: En los primeros momentos del evento se establecen las bases para crear un clima emocional en el cual los participantes se involucren y compartan expectativas de aprendizaje. Se recomienda iniciar con una actividad que fomente la interacción, la confianza y el respeto entre todos. Es importante dar a conocer y apropiar los objetivos del taller, de modo que los participantes identifiquen el sentido del mismo (evaluación o desarrollo de competencias), así como la agenda de trabajo; de esta manera se comprometerán y colaborarán en las actividades a desarrollar. Cuando los participantes ya se conocen, este momento del taller debe encauzarse a fortalecer los aspectos que contribuyen a su consolidación como grupo de trabajo (clima, comunicación, cooperación, liderazgo, resolución de conflictos).
2. Rescate de saberes previos en torno a una problemática: En esta parte del taller, los participantes definen y delimitan las problemáticas que están influyendo en su quehacer cotidiano y laboral (intereses y necesidades de trabajo). El facilitador del evento, con base en su experiencia y el seguimiento realizado, identifica las necesidades e intereses de trabajo de cada uno los participantes, lo cual facilitará la preparación de actividades y materiales para el evento. Cuando los participantes reconozcan como suyas las problemáticas, se integrarán en equipos para revisar y reflexionar sobre lo que han estado realizado para responder de manera real a ellas e identificar el grado de avance que llevan en respuesta a las mismas. Esto permitirá que los participantes se den cuenta de lo que han mejorado en su práctica y de los aspectos que aún necesitan fortalecer.
3. Análisis práctico y desarrollo de competencias: Es el momento más relevante del evento, porque permite la apropiación de habilidades, conocimientos, actitudes y valores a través de actividades prácticas, reflexivas y relacionadas directamente con su realidad. El papel del facilitador es proporcionar los insumos necesarios para el trabajo, organizar y coordinar las actividades, centrar los ejercicios de intercambio, favorecer la autogestión y la experimentación de habilidades individuales y propuestas grupales (mediar entre los participantes y sus aprendizajes). Las competencias que los participantes están fortaleciendo o desarrollando en lo individual y colectivo les permitirán elaborar nuevos aprendizajes, nuevas formas de hacer las cosas, dar otro sentido a las actividades que realizan en lo cotidiano y en lo laboral.
4. Socialización de aprendizajes e identificación de su aplicación: En este momento los participantes toman conciencia de lo aprendido durante el taller, comparten sus aprendizajes e identifican los productos, su aplicación y la utilidad para su desempeño, dándole un significado personal a la experiencia vivida. En este último momento, definen las competencias que necesitan seguir fortaleciendo y las plasman o revisan en su plan de mejora.
El curso es un programa que se diseña, se organiza e imparte para generar enseñanzas sobre una materia o disciplina. En el contexto de la actualización de los niveles educativos, los cursos promueven aprendizajes relevantes para el desempeño de las funciones reales de los participantes; constan de una exposición temática por parte de un facilitador experto (con apoyo de material audiovisual y gráfico) y de la participación activa del grupo (análisis grupal, trabajo en equipos, investigación documental). Su duración promedio es de 30 a 50 horas y se organiza por unidades, talleres (o sesiones) y actividades, incluyendo una evaluación de los aprendizajes.
En la última década se enriqueció el diseño de los cursos con los beneficios del trabajo en taller.
Se
constituyó la modalidad educativa del curso-taller que integra la
orientación de un facilitador con la lectura, el análisis y la
discusión grupal de materiales de apoyo y genera productos conceptuales
específicos a través de la realización de ejercicios grupales. Para su
desarrollo contemplan el uso de documentos de apoyo como la guía del
facilitador, un manual y un cuaderno de ejercicios para el
participante; antologías, ficheros, guías de estudio y otros materiales.
Dentro del Plan Formativo, se contempla trabajar bajo la modalidad de curso-taller al inicio de cada ciclo operativo en la Formación Base I y II. Estos eventos representan un momento clave para la revisión y apropiación de los fundamentos, enfoques, conceptos y lineamientos del Programa de Educación Inicial no Escolarizada, y son los únicos en el ciclo que están diseñados (concepto del evento, objetivos, unidades temáticas, metodología general de trabajo) desde la Dirección de Educación Inicial, con el fin de responder a las necesidades operativas de los agentes educativos y de la propia institución. Se considera que las unidades coordinadoras de Educación Inicial en los estados, así como las coordinaciones de zona, pueden hacer adecuaciones al procedimiento de trabajo, pero conservando el diseño general de los cursos y los manuales de trabajo, ya que estos representan la oportunidad de la Dirección de homogeneizar y fortalecer, al inicio del ciclo, los propósitos del servicio educativo en el país.
La reunión colegiada es un espacio de diálogo y retroalimentación que se establece entre grupos de agentes educativos locales, estatales o regionales que conforman una "academia" o un órgano consultivo, que funciona a través de relaciones de horizontalidad y corresponsabilidad, con trabajo interdisciplinario y para la construcción de alternativas de solución a los problemas planteados. Estimula en los participantes la colaboración y el trabajo en equipo, la actitud de búsqueda, la producción de conocimientos y el respeto al consenso.
Como condición para la realización de la reunión colegiada se plantea el trabajo sobre temas comunes, el establecimiento de reglas y tareas claras y la participación de todas las personas en los asuntos que se atienden. Para esta modalidad de trabajo no es necesario contar con un experto externo que les indique a los participantes cómo mejorar su práctica, sino que ellos analizan sus desempeños, identifican sus necesidades de aprendizaje, escuchan a otros y crean de forma personal y colectiva los ambientes de aprendizaje.
El Plan Formativo establece las reuniones colegiadas como eventos programados y como mecánica de trabajo al interior de las subdirecciones regionales de enlace y las unidades coordinadoras de Educación Inicial, con el fin de fortalecer el diálogo y la concertación. Con el trabajo colegiado se promueve en los agentes educativos una mejor comprensión de la operación del programa, se acuerdan formas de trabajo comunes y congruentes y se toma conciencia de las necesidades propias de formación. Es recomendable que esta modalidad de trabajo se adopte en reuniones de zona y de módulo.
El trabajo colegiado no se impone o norma. Es un proceso complejo que pasa necesariamente por complicados y lentos aprendizajes y desaprendizajes en lo personal y en lo organizativo. Se han descrito cinco etapas en la evolución de los órganos colegiados: 1) Se desconoce cómo funciona el trabajo colegiado. 2) Se reacciona con indiferencia, resistencia e incertidumbre al colegiado. 3) Se empiezan a desarrollar habilidades para la coordinación y el consenso a partir del colectivo. 4) Se logra la definición clara de los problemas comunes y se inician las acciones de trabajo colaborativo. 5) Se consolida el colegiado y enfrenta sus diferencias con madurez, sin detener el trabajo colectivo.
Características de la reunión colegiada:
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Acuerdo previo de los propósitos de la reunión y los tópicos o temas comunes a analizar.
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Definición previa de la bibliografía que se leerá y discutirá en grupo.
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Establecimiento del procedimiento de trabajo, reglas y tareas claras de todos los participantes.
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Se nombra un presidente, un secretario y un moderador para coordinar la reunión.
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Se practica la lectura crítica y la argumentación personal.
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Se analizan y se buscan soluciones colectivas a las problemáticas detectadas y que afectan al grupo.
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Disposición para compartir experiencias exitosas, fortalezas personales y áreas de oportunidad.
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Respeto y escucha de los puntos de vista y experiencias de todos los participantes.
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Se sistematizan las experiencias, dudas y conclusiones del grupo.
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Se toman decisiones y se establecen acuerdos colectivos al final de la reunión.
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Se da seguimiento a los acuerdos tomados.
Funciones del presidente, moderador y secretario:
Presidente:
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Comprender la organización de la reunión y el propósito de las actividades que coordina.
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Coordinar la reunión en general.
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Promover la participación activa de todos los presentes.
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Administrar los tiempos de la agenda.
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Contribuir a que el grupo trabaje para el cumplimiento de los objetivos de la reunión.
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Consultar a las autoridades correspondientes para la asesoría en los temas que lo ameriten y de ser necesario al propio grupo.
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Propiciar que los acuerdos se mantengan dentro del marco de los lineamientos nacionales.
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Propiciar un cierre con el grupo además de la evaluación final.
Moderador:
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Comprender la organización de la reunión y el propósito de las actividades que coordina.
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Apoyar al presidente en sus tareas dentro de la reunión colegiada.
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Coordinar las actividades al interior de su equipo.
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Facilitar la participación de todos los integrantes del equipo.
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Participar activamente con sus opiniones dentro de su equipo.
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Fomentar el uso de los insumos solicitados previamente para las actividades a realizar.
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Ayudar a su equipo a que obtenga productos concretos.
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Tomar nota de las actividades relevantes, dudas o sugerencias que durante el trabajo genere el equipo.
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Tener comunicación permanente con el presidente para el cumplimiento de la agenda.
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Solicitar más tiempo, de ser necesario, para el cumplimiento de la actividad en el equipo que coordina.
Secretario:
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Comprender la organización de la reunión y el propósito de las actividades que coordina.
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Sintetizar y anotar las participaciones del grupo durante los momentos de plenaria con el fin de retroalimentar continuamente al grupo por medio de sus anotaciones y así ayudar a mantener el rumbo de la reunión.
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Comunicación permanente con el presidente para el cumplimiento de los objetivos de la reunión.
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Sintetizar y registrar los acuerdos y recomendaciones tomados en el evento.
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Con apoyo del presidente y moderadores elaborar el acta de acuerdos de la reunión.
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Construir con los participantes los mecanismos pertinentes para dar seguimiento a los acuerdos.
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Tener presente los acuerdos y compromisos generados de este evento y asegurarse que se retomen como insumos para dar inicio a la siguiente reunión colegiada.
Todos los integrantes de la reunión colegiada tendrán la responsabilidad de participar emitiendo su opinión, presentando experiencias y opciones de solución a las problemáticas analizadas, participando activamente en las deliberaciones, evitando protagonismos y antagonismos, respetando y apoyando al presidente, moderador y secretario en el desempeño de su función.
Procedimiento para la organización de la reunión colegiada:
1. Integración del grupo colegiado
Los responsables de la reunión dan la bienvenida al grupo, propician una breve presentación de los participantes, socializan los objetivos y la metodología de la reunión así como la agenda general de trabajo. Asimismo, coordinan la elección del presidente, secretario y moderadores; quienes a partir de este momento asumen el control de la reunión.
2. Análisis, estudio y sistematización de la práctica
El presidente del evento, presenta los temas a trabajar (los cuales fueron elegidos de manera anticipada por los participantes como problemáticas a analizar). Una vez conocidos los temas por todos los copartícipes se procede al análisis y sistematización de la información. Para ello, se sugiere el siguiente procedimiento:
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Describir el tema o práctica a analizar.
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Revisar los aspectos o factores problemáticos que presenta dicho tema o práctica.
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Explicar cómo estos aspectos o factores intervienen directamente con el tema o la práctica analizada, de acuerdo a su contexto.
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Interpretar los resultados obtenidos sobre el tema o la práctica analizada: qué se logro y qué no se logró y por qué.
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Presentar los resultados de su discusión en plenaria para recibir retroalimentación del resto del grupo.
Es importante resaltar que al sistematizar la información podemos comprender y mejorar nuestras prácticas al extraer sus enseñanzas, compartirlas con otros y orientar el rumbo de nuestra práctica. Registrar el significado de la acción y analizar sus efectos a través de la discusión con otros nos lleva a producir conocimientos.
3. Generación de estrategias para solucionar problemas
Una vez recibida la retroalimentación, los participantes se vuelven a reunir en equipo y diseñan estrategias para reorientar el trabajo en torno a los temas o prácticas analizadas. Posteriormente, se socializan las estrategias diseñadas, con el fin de recibir retroalimentación y establecer los mecanismos de apoyo y seguimiento a las estrategias propuestas, sean entre zonas, módulos, estados o regiones. Algunas de éstas pueden ser redes de apoyo e informes de avances entre los estados, visitas de las asesoras regionales y otras figuras a los estados de la región, etc.
4. Evaluación de la reunión
El presidente propiciará que el grupo externe su opinión sobre el desarrollo de la reunión, que valore y proponga estrategias de organización para mejorar el trabajo de próximas reuniones colegiadas. Finalmente se dará lectura y se firmará la minuta de acuerdos que los participantes se comprometen a realizar, detallando hasta dónde planean llegar, definiendo responsabilidades y estableciendo tiempos para su valoración.
Es importante resaltar que la diferencia principal entre taller y reunión colegiada es la siguiente:
En el taller las acciones tienden más al ejercicio y fortalecimiento de competencias a partir de actividades planeadas por el o los facilitadores, permitiendo que los participantes descubran y se hagan responsables de su propio proceso de aprendizaje.
Por su parte, en la reunión colegiada se tiende más al análisis, al examen y estudio de situaciones concretas, las cuales se eligen previamente para trabajarlas en la reunión. Una acción específica del colegiado es remitirse a las fuentes bibliográficas para comparar las acciones realizadas con lo que de acuerdo al programa debería estar pasando. Se elige además de manera democrática a los coordinadores del evento quienes fungirán como presidente, secretario y moderador.
En un taller hay momentos de funcionamiento en colegiado, pero en una reunión colegiada no hay taller, no se "construyen" de forma práctica o material los aprendizajes, sino que se encaminan a la reflexión consciente, responsable e interdisciplinaria de la tarea educativa.
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